Cartago, actualmente Túnez aproximadamente, fue una importante ciudad, formaba parte de una cadena de establecimientos comerciales por el Mediterráneo fundado por fenicios procedentes de la ciudad de Tiro desde finales del II milenio, con propósitos comerciales y de acercamiento a las zonas mineras de Occidente.
El problema de las fuentes literarias sobre Cartago, el gran país norteafricana rival de Roma, es que muy pocas son directas y se encuentran a menudo fragmentos en las obras de más de cuarenta escritores griegos y latinos. Algunas fuentes son: El tratado entre Aníbal y Filipo II de Macedonia, que ofrece una lista de dioses. Las fuentes arqueológicas son sobre todo las excavaciones de las necrópolis, el tofet de Salambó y el puerto antiguo de la ciudad. Otras son el Periplo de Hannón, que estaba relatado en una estela del templo de Baal, del que se conserva traducción griega. Se desconoce la fecha exacta de este viaje, aunque se suele situar alrededor del año 500 a.C.
1. Cronología y evolución de Cartago
1.1 La fundación de Cartago
La fecha tradicional de la fundación de Cartago, en las cercanías de la actual Túnez, por colonos fenicios procedentes de Tiro, tuvo lugar el año 814 a.C.
Pigmalión vivió cincuenta y seis años. Reinó cuarenta y siete. En su séptimo año de reinado, su hermana, yendo a Libia, fundó Cartago.
A través de los propios Anales de Tiro se conoce que hacia el año 820 a.C., el rey de esta ciudad, Mattan I dejó el trono a su hijo Pigmalión, que por entonces sólo contaba once años de edad.
En el séptimo año de su reinado, su hermana Elisa huyó de la ciudad y fundó Cartago, según Menandro, que había consultado las fuentes históricas tirias, debido a una serie de circunstancias como fueron la rivalidad del marido de Elisa, Acherbas, Sumo Sacerdote de Herakles Melqart, con su cuñado Pigmalión, posiblemente porque éste tenía un gran poder, a causa del control de las riquezas del templo de Herakles, por lo que Pigmalión le mandó asesinar. Su viuda, Elisa, huyó secretamente, acompañada de príncipes, a Chipre, tras rendir homenaje a Melqart.
Entre los príncipes que acompañaban a Elisa estaban personajes principales de Tiro, relacionados con el templo de Herakles, sacerdotes y comerciantes que sin duda conocerían las rutas de Occidente y el potencial económico y político del Mediterráneo occidental, siendo defensores de unos derechos femeninos al poder, de los que Elisa sería la legítima heredera.
En cualquier caso, se debe tener en cuenta, al examinar estos datos, que la fundación de Cartago por Tiro se realizó en una zona ya conocida por esta ciudad cananea y sus élites desde hacía mucho tiempo. También, que nace como colonia tiria y que tuvo lugar como consecuencia de una crisis política, con el enfrentamiento entre poder político-poder económico, entre dos ramas de una misma familia, hermano y hermana.
El origen de Cartago estuvo relacionado con familias aristocráticas y una posible realeza femenina. La formación de la colonia llevó implícita la apropiación del territorio y una fortificación con respecto al interior del país y nos confirma la importancia de la participación de los templos fenicios en esta época y sus sacerdotes en las empresas marítimas y comerciales de Tiro, que recibirá los beneficios del capital invertido anualmente. El origen de la ciudad se vincula también a un sacrificio humano en el fuego, tema también muy unido a la cultura púnica.
1.2 Cartago en el Mediterráneo
Cartago formaba parte de una cadena de establecimientos comerciales por el Mediterráneo fundados por la ciudad de Tiro desde finales del II milenio, con propósitos comerciales y de acercamiento a las zonas mineras de Occidente, sobre todo la Península Ibérica y las Cassitérides.
Los principales establecimientos fenicios por el Mediterráneo fueron Utica, Tingis, Mogador, Sala, Volubilis, Lixus, en el norte de África, Bithia, Sulcis, Nora, Caralis y Tharros en Cerdeña, Motya, Panormo y Solunte en Sicilia, Malta, Gozo y Pantelaria, Leptis Magna, Hippo y Hadrumetum, mientras que la fundación más antigua de Occidente, sería Gadir (1.100 a.C.), hecho aún no confirmado por la arqueología.
A partir de Cartago se fundaron, a su vez, hacia el siglo VI a.C., numerosos asentamientos, para el control militar de la zona púnica del cabo Bon, como Kelibia, Ras Fortas y Kerkuan.
1.3 La Cartago arcaica
Cartago fue, como su nombre indica, una capital nueva. Aunque no se conocen las características del asentamiento primitivo, sólo identificable recientemente, Cartago no debió ser diferente de los asentamientos tirios en Occidente. Los hallazgos relativos a los siglos VIII-VII a.C. demuestran que la colonia tiria alcanzó muy pronto el rango de una auténtica ciudad colonial, dotada de instituciones que otros establecimientos fenicios tardaron en adoptar. Estaba situada en lo alto y fortificada, en una península, rodeada por el mar y de un lago, con dos puertos, uno de guerra y otro comercial.
2. Las Instituciones Políticas
La pronta fundación de Ibiza, isla donde ya existían asentamientos fenicios anteriores, y su fuerza militar parecen indicar su creación para oponerse al avance de los griegos en Occidente.
Las instituciones políticas de Cartago se componían de Reyes o Sufetes, Senado y Plebe. Según Aristóteles los cartagineses pasaban por estar muy bien gobernados, su Constitución es superior a otras. Eratóstenes, geógrafo griego del siglo III a.C., escribe: Los romanos y los cartagineses tienen instituciones políticas muy importantes; Polibio VI: Ciertas Constituciones tienen una reputación excelente, como la de Cartago.
2.1 La Constitución de Cartago según Aristóteles
La Constitución de Cartago es la única no griega que Aristóteles incluyó en su tratado La Política y la compara con la espartana y la cretense.
Era una Constitución mixta, que reunía, como la romana, los mejores elementos de la monarquía, la aristocracia, la oligarquía y la democracia, que se equilibraban recíprocamente. Así, según este autor, había en Cartago: Dos reyes o Sufetes (citados por Aristóteles en plural generalmente, basileis o reges), un Consejo de Ancianos (gerousia), un Consejo o Tribunal de los Ciento Cuatro magistrados (denominado más tarde, en XI, 7, magistradura suprema de los cien) y la Asamblea del pueblo (demos). Se elegía a los magistrados por sus méritos y por sus riquezas.
En relación con la monarquía hay que señalar que ningún texto púnico la menciona, aun que debió existir en Cartago desde sus orígenes. Y según Ch. Picard, Cartago conoció la evolución de la monarquía de derecho divino a la democracia, pasando por un estado aristocrático. Y cada fase de la historia cartaginesa está dominada por una poderosa familia, casi dinastía, de la que sus miembros mantendrán el poder durante mucho tiempo.
2.2Los Sufetes y otros magistrados
Los sufetes fueron a partir de una cierta época los magistrados supremos de Cartago y lo mejor conocidos, tal vez lo que Aristóteles y Polibio denominaron basileis y reges, ya que no tenían cargos o palabras equivalentes para designar a sus magistrados supremos. En la época de las Guerras Púnicas equivalían, a los cónsules romanos.
Desconocida en Occidente, la institución de los sufetes es bien conocida en el mundo antiguo oeste-semítico, ya en el II milenio, en Mari, Ugarit e Israel.
El examen de las inscripciones púnicas permite constatar la existencia de dos sufetes epónimos anuales, al menos a partir del año 300 a.C. aproximadamente, cargos que tal vez puedan remontarse al siglo V a.C.
Sus atribuciones eran las ya citadas: ser epónimos (dan nombre al año) y la duración anual de su mandato. Estos magistrados dirigieron los asuntos militares en los siglos V y IV, pero más adelante de esta fecha no se les encuentra a la cabeza de un ejército o una armada.
Además de los ya citados funcionarios, se conoce por la epigrafía la existencia de otros, como el Cuestor, subordinado al Sufete, cargos que también existían en Gadir; el Prefecto de las costumbres, que menciona Nepote, los Secretarios o Escribas, unos contables, siempre nombrados en plural, cuyo cargo era similar al de los cuestores romanos, el Jefe de las estimaciones, que se corresponde aproximadamente al cargo del Censor romano, unos inspectores de mercado, que se corresponden a los ediles romanos y otros numerosos cargos más que se repartían las tareas ciudadanas.
3. La religión púnica
La dificultad del estudio de la religión púnica deriva, como todos los demás temas relativos a la cultura púnica, de la falta de fuentes directas. El panteón púnico era esencialmente fenicio, pero no se correspondía con su impronta tiria, donde el dios más importante era Melkart.
3.1 Los dioses de Cartago
En Cartago se conoce la existencia de divinidades principales y secundarias: El dios principal fue un Señor del tiempo atmosférico o Señor del cielo, Ba’al Shamin, asimilado a veces al cananeo El. Por debajo de éste en rango e importancia, las dos divinidades principales fueron Ba’al Hammon y la diosa Tanit, que formaban una pareja divina.
3.2 Tanit
El origen de esta divinidad femenina es oscuro, ya que no se la conocía, al parecer mucho, en el ámbito fenicio, donde bien pudo haber existido, dada la inscripción de Sarepta dedicada a Tnt bLbnn Tnt en el Líbano, destacando en Cartago desde fines del siglo V a.C.
En las inscripciones púnicas se la denomina Tanit cara de Ba’al, Tanit pene Ba’al, siendo aquí Tanit tal vez la diosa fenicia Astarté, o una hipóstasis de la diosa, ya que no aparecen asimiladas completamente.
Pero no se puede negar que ambas diosas pasaron por un proceso de acercamiento o identificación, ya que no sólo sus caracteres accesorios son intercambiables, sino también que reciben el mismo título honorífico como, por ejemplo, ‘m (madre) y ‘dt (señora)—. En general se puede decir que se trataba de una divinidad la vez doncella, virgen y madre, en gran parte garante de la fertilidad de la naturaleza y a la vez, protectora de la vida de ultratumba, es decir, garante de la inmortalidad.
Las estelas dedicadas a estos dioses, tanto Ba’al Hammon como Tanit, presentan a menudo el llamado signo de Tanit, que recuerda la esquematización de una figura humana con los brazos abiertos.
3.3 Otros dioses púnicos
Existían además otros dioses como Melkart, el dios de Tiro, patrono de los comerciantes y los navegantes, asimilado al Heracles griego y al Hércules romano, cuyos templos eran famosos en Occidente y todo el Mediterráneo, participando como bancos en las empresas comerciales fenicias.
Ba’al Sapon, el Señor de las montañas, conocido por la famosa Tarifa comercial de Marsella y otros numerosos dioses y diosas, a veces asimilados a los griegos y romanos.
Eshmun, dios asimilado a Asclepio. protector de la salud para Estrabón y Apiano.
Reseph era el equivalente al Apolo griego, también dios púnico de la guerra, cuyos caracteres a veces son difíciles de distinguir.
Hubo además otros dioses y diosas atestiguados epigráficamente; Sdr’o Sadrapha, una divinidad de la salud y de la fertilidad; Skn, figura mediadora; ‘rs, divinidad tutelar, Pgmljn, que está subordinado a strt (Astarté); ‘lt, una divinidad virgen; ‘m‘ una divinidad madre; B‘lt hhdrt, la señora de la tumba (?); Hwt, tal vez una divinidad de ultratumba; ‘s (Isis); finalmente las divinidades dobles o cuasi-dobles Sd-Tnt, Sd-MIqrt (?), str-Nj (?), ‘smn ‘strt, Mlk’strt y Htr-Mskr, pero quizás también B’ I’ dr, Bs, por el contrario, es conocido solamente por testimonios arqueológicos.
3.4 El Tophet
Topphet es una palabra hebrea que designa en el Antiguo Testamento un lugar de sacrificios humanos en el valle de Bana-Hinnom, en Jerusalem.
Entre los tophet más importantes del mundo púnico señalaremos los de Cartago, Cerdeña (Nora, Sulcis, Tharros), etc.
En ellos se practicaba el sacrificio molk, en el que se pretende ver sacrificios de niños a Satur-no-Ba’al Hammon, que a veces eran de no natos o recién nacidos mal formados, mientras que otras veces se ha constatado la sustitución de las víctimas humanas por corderos, ya desde el siglo VII a.C., de forma similar a como fue sustituido en el sacrificio Isaac, hecho relatado en el Antiguo Testamento.
3.4 Escritura, lengua y textos púnicos
Se habla de púnicos para designar a los fenicios de Occidente y África, aunque solamente a los cartagineses. La escritura púnica, semítica dejó paso en el siglo V a.C. a la neo-púnica, término inventado en el siglo XIX d.C. para designar una escritura cursiva del Norte de África, grabada en piedra o metales, atestiguada sobre todo a partir de la caída de Cartago, pero que debió conocerse bastante antes.
Entre los textos púnicos hay que recordar el ya citado Periplo de Hannón y el juramento de Aníbal, es decir, parte del tratado de alianza entre Aníbal y Filipo V de Macedonia, concluido en el 215 a.C. cuyo texto ha sido transmitido por Polibio VII. También ciertos pasajes del tratado de agricultura de Magón se conocen por traducciones griegas y latinas. En cuanto a las transcripciones del púnico, el texto más importante está constituido por los pasajes del Poenulus de Plauto. Existen también algunos textos latino-púnicos, de Tripolitania, escritos en letras latinas transcribiendo textos en lengua púnica, ya de época romana. Todo lo demás se reduce a la gran cantidad de inscripciones funerarias, habiéndose perdido toda su rica producción literaria de obras: hstoria, derecho, agricultura, geografía, religiosas, etc. Al lado de los textos existentes hay que citar también las largas Tarifas sacrificiales, como la de Marsella, cuyo valor no es sólo religioso sino también literario.
Cómo citarnos
González, María y Guzmán, Jorge (2015, 25 25Europe/Madrid abril). Cartago. Historia Universal. https://mihistoriauniversal.com/edad-antigua/cartago